No se si Gerardo Morales es el mayor imb…

No se si Gerardo Morales es el mayor imbécil de la política argentina, o si es un verdadero pillo. Pero terminó de transformar un pésimo día para las instituciones argentinas en una verdadera pesadilla.

Todo empezó mal en diputados. Allí se sumó lo que para los medios fue una nueva derrota de la oposición al no conseguir emplazar a la comisión de presupuesto para que trate el presupuesto 2011. En rigor, fue una movido por completo inútil ya que por el reglamento y los tiempos es imposible que se trate el tema sin llamar a extraordinarias, lo que requiere del acuerdo del oficialismo (circunstancia en la que pierde sentido emplazar por la fuerza a la comisión, dado que el mismo FPV debería comprometerse en firme mediante el llamado a extraordinarias para tratar el presupuesto). Cualquier otra movida dentro o fuera del reglamento requería de una supermayoría que la oposición sabe es imposible obtener. Por lo tanto, se expusieron gratuitamente a títulos como «(la oposición) fracasó en su intento para convocar a la comisión de Presupuesto».

Posteriormente, se votó la reforma del INDEC. El proyecto que vino del senado es un verdadero desastre, hecho a medida del FPV para justificar la intervención. En diputados sufrió alguna cosmética para lograr sacar algo. El artífice fue Claudio Lozano, que obtuvo algún par de moderadas concesiones buscadas por ATE. Si diputados tocaba el proyecto que vino con media sanción del senado, el proyecto debía volver hacia allí para ser tratado nuevamente el año próximo (por los tiempos y el cierre del período de sesiones ordinarias), con lo que cualquier cambio al proyecto original debía ser de enorme valor para justificar la postergación de una nueva discusión hacia el año próximo, lo que además pondría en dudas la posibilidad de conseguir nuevamente mayoría en el senado. Algunos cambios de gran valor que habrían justificado la vuelta al senado son los que ocurrirían de aprobarse el proyecto consensuado por casi toda la oposición con gente del INDEC (Beker) y expertos internacionales, una verdadera reforma al sistema estadístico nacional. Incomprensiblemente se logró juntar lo peor de ambas posibilidades: un proyecto que sirve al oficialismo y que encima no puede ser tratado sino el año próximo, con elecciones desde febrero.

Luego, mientras Ricardo Alfonsín dormía nuevamente la siesta (o la alternativa), deja la presidencia de la cámara a Patricia Fadel. Patricia Fadel fue la responsable de levantar una sesión en forma escandalosa, como nunca sucedió, hace un par de semanas, durmiendo a toda la oposición. En aquella ocasión borraron oradores, escondieron a Heller detrás de una cortina y adelantaron la votación para lograr que se cayera una sesión que trataba en buena medida el mismo temario que hoy (mínimo no imponible de ganancias, INDEC, publicidad oficial). Hoy volvió a pasar lo mismo, pero en lugar de ser el resultado de una jugarreta del FPV, la causa fue las malas elecciones de la oposición.

Pinedo, demostrando una vez más desconocer el reglamento y carecer de un mínimo absoluto de táctica y estrategia, al ver que no había quorom pidió que se votara un cuarto intermedio. El problema es que intentar votar sin quorum hace caer la sesión. Produjo exactamente lo que quería evitar. Sorpresa en la cara de Fadel. ¿Cómo se llegó a esa situación (descontando malas elecciones de autoridades a fines del año pasado)? 1. Alfonsín estaba transando o durmiendo la siesta. 2. Ningún bloque respetó el acuerdo previo de limitar al máximo las expresiones de los diputados, lo que sumado a la táctica del FPV de inventar cuestiones de privilegio verdaderamente ridículas generó una sesión muchísimo más larga de lo originalmente previsto. Cuanto más larga la sesión, más probable es que distintos diputados se vayan a dormir la siesta (literalmente), lo que es un problema cuando estás súper corto de muñecos para el quorum (te sobran ~5 sobre 134, lo que implica que deberían pedir permiso hasta para ir al baño). 3. Pinedo es una bestia y pide votar sin quorum, haciendo caer la sesión.

¿Qué efectos tuvo este prematuro levantamiento de la sesión? 1. No se podrá elevar el mínimo no imponible (MNI) del impuesto a las ganancias este año. Como la AFIP elevó las retenciones en forma consistente con un incremento del MNI del 20%, el impuesto que deberá pagar la gente terminará siendo mayor que el pagado al final del año (el impuesto es anual). Entonces habrá que pagar la diferencia con la retención de diciembre (que se produce en enero). En función del salario, esto se comerá todo el aguinaldo de diciembre y parte del sueldo. 2. No se dará media sanción al proyecto de regulación de la publicidad oficial que gozaba de un relativamente amplio consenso en la oposición, impidiendo que se lo aplique durante el año electoral (contando con una temprana sanción en el senado en 2011). 3. Varias otras normas relevantes sobre transplantes de órganos y defensa del consumidor.

¿Y en el senado? Todas derrotas, sobre temas mucho más graves.

En primer lugar, no se pudo hacer nada respecto de los superpoderes, una de las dos claves del manejo autocrático del gobierno en todo lo referido al presupuesto. Aquí pasó algo similar a lo del emplazamiento en diputados: la UCR quiso conseguir 2/3 de los votos para tratar el proyecto sin pasar por comisión. Considerando que tenían ausencias, esto fue absolutamente incomprensible; exponer a la oposición a más titulares como «triple derrota en el senado» en forma gratuita escapa a la mente de cualquier persona sana. También se fracasó con la reforma en el Consejo de la Magistratura y el régimen de DNU (2da clave del manejo autocrático del poder). De nuevo, inentendible exposición a la crítica de los medios conociendo de antemano el resultado. Esto, además, implica volver a tener que rehacer todo lo logrado en diputados sobre esos dos temas, lo que elimina nuevamente la posibilidad de que se puedan votar y aplicar durante 2011. Si bien parte del problema de hoy en el senado de falta de mayoría simple es por un tema estructural (la cámara renueva de a tercios por lo que la «inercia» tiende a beneficiar al oficialismo), la jugada de hoy implicó descartar por completo la posibilidad de aprovechar en una futura sesión circunstancias  no tan adversas (hubo ausencias en la oposición,  estuvo particularmente bien coordinado el oficialismo), como pasó originalmente con la reforma del INDEC, que fue en buena medida una sorpresa.

A lo sucedido en el Congreso hay que sumar lo hecho hoy por el Ejecutivo. Mega-DNU de ampliación que confirma una vez más que presupuesto, en Argentina, sólo hubo entre 1992 y 2001; repartija de plata bajo la forma de aguinaldo excepcional (donde lo único verdaderamente excepcional es el nivel de populismo que exhibe el oficialismo), etc. Un día para olvidar.

Los radicales, ¿son o se hacen? No se qué quiero creer: que son idiotas o que hubo un nuevo pacto de olivos. Hoy vimos legisladores que transan, que faltan para beneficiar al oficialismo, falta de respeto a acuerdos dentro de la oposición, legisladores que no se saben el reglamento, legisladores que no saben contar muñecos, que no piensan las jugadas ni 30 segundos, por no mencionar la banelco de hace unos días y el favor al oficialismo del cachetazo a Kunkel. El balance es sumamente negativo, pues posterga seguramente hasta bien entrado 2012 como mínimo la resolución de muchos problemas de enorme trascendencia institucional. Estamos hablando de cuestiones constitucionales súper básicas: si el PEN puede emitir leyes, si maneja al Poder Judicial, etc. El combo DNU+superpoderes determina que el PEN pueda hacer literalmente lo que quiera con el presupuesto. No contarán, como dicen los medios, con $ 100.000 millones para reasignar durante el año próximo. Con DNU+superpoderes pueden tocar el 100% del presupuesto (estimado en $411.000 millones), e ir mucho más allá aún: tomar reservas, cambiar cuanta ley se les antoje de temas económicos (salvo tributos), etc. Muy pero muy lejos de ser una democracia plena cuando la decisión del PEN sobre temas tan relevantes como [cualquiera que implique plata, o sea, el 99% de los temas] predomine sobre la de los 329 representantes que tenemos en el Congreso. No será una dictadura, pero democracia plena seguro que no es. Y, mientras tanto, asistimos al show de bloopers de quienes nos representan (con sus excepciones, claro).